Resumen: <Yanama> Abra Mariano Iuyanoc, Horno Pampa <Totora>
Este sí fue un día fuerte (los otros también lo fueron). Salimos de Yanama alrededor de las 9:00am y llegamos a Totora a las 5:00pm. Todo el día caminando. Hoy se cruza el abra más alta de la ruta a 4800msnm (los campesinos la llaman Abra Mariano Iuyanoc, pero otros le dicen Abra San Juan). Me acuerdo que amaeció todo nublado y la niebla se acumulaba justo por la ruta que teníamos que caminar. Yanama es el pueblo más grande en esta zona, el lugar es muy lindo y la gente también. Todos están acostumbrados a llegar caminado o cabalgando (no hay pista) pero todavía se sorprenden de ver “gringos”. La sorpresa siempre es mayor cuando uno les cuenta que no somos gringos, sino un arequipeño y un limeño. Es rarísimo que tan pocos peruanos se animen a caminar por aquí. Venir a caballo o con caballos de carga haría la travesía mucho más cómoda. VAYAN.

Saliendo de Yanama el camino está bien marcado pero el empedrado quedó atrás. Para nosotros era tempranísimo, pero el señor de la foto ya bajaba desde la parte más alta de la quebrada, su día había empezado -por lo menos- a las 4am.
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Aquí vale la pena referirse a una de las expresiones artísticas inca menos conocidas, a pesar de su belleza; Llamayoq Anden o Andén de las Llamas. En el lado inferior izquierdo de la foto anterior, al otro lado del río, se ve un corral de piedras o “pircacancha“. Se sabe que Yanama fue el pueblo llamero por excelencia. Los grupos de llamas eran mantenidos en estos corrales y servían para el transporte por los caminos de Vilcabamba. Prueba de esto es el gran número de corrales a lo largo de la quebrada en Yanama y sobre todo el mural de las Llamas de la Koka, esculturas en los andenes de Choquequirao (Dr. Percy Paz Flores en Actas del Primer Simposio Nacional de Pintura Rupestre, Cusco 2004). El arquitecto / explorador estadounidense Vincent Lee es uno de los extranjeros que mejor conoce los asentamientos remotos de culturas prehispánicas en el Perú. El mejor dibujo del mural de las Llamas de la Koka, es de Lee:
En el mural se aprecie un arriero (en el cuarto andén inferior) conduciendo una caravana de llamas en dirección -precisamente- al pueblo llamero de Yanama. El Dr. Paz explica que “Todas llevan carga… podemos plantear que entre los dos sitios, Yanama -que se halla en la puna- y Choquequirao, en el valle cálido y húmedo, circulaban caravanas de llamas, pasando por los sitios de Pajonal, Pinchaunuyq, Kota Coca, en dirección a Yanama. De aquí pudieron dirigirse a Vilcabamba o Mollepata. Las llamas con cargas de coca y otros productos representados en los muros podrían estar saliendo de Choquequirao en dirección a Yanama.”
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Continuamos subiendo por la quebrada que sale de Yanama y nos cruzamos con dos locales felices de vernos:

Anacleto y su hija Dorita. Creo que esta es la mejor foto del viaje. Resume paisaje, gente, experiencia, movimiento, es decir "viajar".
En su Song of the Open Road Whitman le pregunta al lector: Do you know what it is, as you pass, to be loves by strangers? Ese afecto de extraños es exactamente lo que el viajero siente al andar por estos caminos, y uno no puede sino sentir lo mismo por toda la gente que va conociendo en el trayecto. Anacleto y Dorita son el ejemplo perfecto de lo que digo. Vayan y sabrán a lo que me refiero, mientras tanto una leída al texto completo de Whitman aqui: .

La salida de la quebrada de Yanama implica sufrir la primera parte de la subida. Yo parecía caminar en cámara lenta y el pase se veía arriiiiiba...

Allá arriba; luego del abra viene la bajada a Horno Pampa y después Totora. La verdad es que esta foto no le hace justicia a la altura del abra. En las siguentes sí se ve algo de nieve.

La parte final de la subida (cámara lenta)

Nieve en el Abra San Juan

Los viajeros dejan piedra sobre piedra formando apachetas o "permisos de paso" en las secciones cumbres de los caminos

Vista del Valle de Totora luego de bajar unos minutos del abra

Recua de mulas que dan servicio a turistas, principalmente de MLP
Este grupo de mulas viene en sentido contrario, subiendo por la quebrada hacia el Abra San Juan. Los hermano Armando y Esteban Huamán nos contaron que habían salido de Colpapampa (las aguas termales) y se dirigían a Yanama.
Nos llamó la atención que para ellos sea normal ir o venir de día o de noche (ya eran las 4:00pm). Subir o bajar. No me imagino llegar al abra sin sol, pero ellos están más que acostumbrados.
Qué lugar tan agreste para un llanero como yo, y a la vez un sitio tan natural para la gente que lo habita. Supongo que no podría ser de otro modo. Esto me recuerda las palabras de Wade Davis, un antropólogo y explorador es decir, un viajero muy informado:
Y finalmente, creo que es muy obvio… al menos para todos los que viajamos a los confines del planeta darse cuenta de que estos lugares remotos no lo son en absoluto. Son el hogar de alguien. Represntan una parte de la imaginación humana que se remonta al inicio de los tiempos…
http://www.ted.com/talks/lang/eng/wade_davis_on_endangered_cultures.html

Armando, dueño de las mulas y experimentado arriero yanameño
Los Huamán nos cuentan que brindan servicio turístico de guiado y como arrieros a MLP (Mountain Lodges of Perú, una empresa peruana cuya oferta y producto no tiene igual. MLP ha desarrollado la Ruta Salkantay, la misma que se cruza con la Ruta Choque – MaPi en los baños termales de Colpapampa, a donde nos refrescaríamos el día siguiente. Más información sobre MLP en http://www.mountainlodgesofperu.com/

Puente de madera y paja llegando a Horno Pampa

Típica casa serrana; pirca y techo de paja, muy chévere
Paramos en esta casa, que parecía salida de un cuento, para preguntar a los locales por dónde era el camino. Pensamos que ya habíamos llegado, pero todavía faltaban casi 2 horas hasta Totora.

Totora a la vista; el edificio celeste es la posta médica

Bernardo nos cedió su jardín para armar la carpa y nos puso "humus" que prendimos para espantar mosquitos

Bernardo y su esposa afuera de su tienda

De todo un poco en la tiendita surtida

Melanie, la engreída de la familia, haciendo sus tareas. Detrás del cerco de arbustos se distingue el celeste del muro de la posta médica.
En Totora uno siente que ya llegó, o que al menos está llegando. En la tienda compramos gaseosas y algo distinto para comer. Sin embargo, el día siguiente hasta La Playa iba a ser también muy largo a pesar que la pendiente ya no es pronunciada. Pero los pies ya están molidos y había cansancio acumulado. Esa noche dormimos temprano, largo y tendido…